Evite la luz solar directa: coloque sus plantas en un lugar donde sepa que recibirán la luz solar, pero no directamente. Así no tendrán problemas para realizar la fotosíntesis y evitarás el problema del exceso de radiación solar en sus hojas.
Tener un buen horario de riego: los mejores momentos para regar son temprano en la mañana o tarde en la noche. Esto es para evitar las horas más calurosas que provocan una rápida evaporación del agua.
Agua con agua de calidad: la cal es dañina para las plantas y más aún cuando hace calor. Por todas estas razones, le recomendamos que utilice agua de lluvia o descalcificada.
Limpiar las hojas: Evita que las hojas de tus plantas se llenen de polvo rociándolas con agua o colocándolas directamente en la ducha.
No abuses del riego: Como habrás notado, el agua es vital para las plantas cuando hace calor. Aumente el riego de uno a dos por semana siempre que tengan una temperatura cálida constante que no se vea afectada negativamente por el uso de acondicionadores de aire o acondicionadores de aire. El principal síntoma que indica que necesitas regar más una planta es la falta de turgencia de las hojas.