Por otro lado, se puede combinar con otros residuos vegetales y hacer un fertilizante orgánico de una manera sencilla y rápida. El proceso consiste en colocar un poco de tierra en un recipiente y encima de la tierra, agregar los desechos orgánico ya tienes en casa: restos de verduras o frutas (cáscara de limón), hojas y hierbas secas, café, té usado. Por último, cubre todos los residuos con un poco de tierra. Con el tiempo, verifique y revuelva la mezcla para airearla, moviendo el fondo hacia arriba y hacia atrás. Si vives en un clima cálido y seco, puedes humedecer la mezcla con un poco de agua. Al cabo de unas semanas verás aparecer una tierra negra y grumosa en el centro de la tierra: esto es lo que estamos buscando y es la tierra ideal para tus plantas.